Bhután, (Bután) un reino budista en el extremo oriental del Himalaya, es conocido por sus monasterios, fortalezas (o dzongs) y paisajes espectaculares que van desde llanuras subtropicales hasta montañas y valles escarpados. En el Alto Himalaya, picos como el Jomolhari de 7.326 m son destinos populares para practicar senderismo. El monasterio de Paro Taktsang (también conocido como Nido del Tigre) se aferra a los acantilados sobre el boscoso valle de Paro.
Los orígenes históricos de Bután son oscuros, pero sabemos que un influyente lama del Tíbet adquirió el título de dharma raja hace unos cinco siglos. Doopgein Sheptoon ejerció tanto la autoridad temporal como la espiritual, aunque su sucesor se limitó solo al papel espiritual. Bután estuvo azotado por una serie de guerras civiles cuando los gobernadores de los diversos territorios compitieron por el poder y la hegemonía. Druk Gyalpo de Bután, el rey Jigme Dorji Wangchuk, inició un programa para reformar la economía del país y su sistema social casi feudal. Se construyeron nuevas carreteras y hospitales, y se estableció un sistema de escuelas seculares como alternativa a los monasterios budistas.
Se permitió la entrada al país a un número limitado de turistas a partir de la década de 1970. En esa misma época, Bhután puso fin oficialmente a su aislamiento político al unirse a las Naciones Unidas. La transición democrática de Bután comenzó con la abdicación del rey en 2006 y el traspaso del trono a su hijo. En 2007, las elecciones directas para el Consejo Nacional, la cámara alta de un nuevo parlamento bicameral, culminaron el cambio a un sistema democrático. En la década que siguió, tanto la consolidación democrática como el desarrollo económico mostraron un crecimiento y un éxito prometedores. La economía tuvo un crecimiento de los más rápidos del mundo y la pobreza extrema fue prácticamente erradicada.
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